Lugar ideal para desconectar del ajetreo de la vida moderna, para estar en pleno contacto con la naturaleza, para escapar del ruido y disfrutar de los sonidos del campo... un refugio de paz y tranquilidad. Su propietario, Ernesto (y antes también Irene, a quien recordamos con mucho cariño) hace que te sientas en tu casa desde el primer día, con un trato muy afable y cordial. Es un sitio al que siempre gusta regresar.
El viajero curioso encontrará muchas cosas que ver y de las que disfrutar en los alrededores del camping, un Portugal interior auténtico, con pueblos preciosos y cargados de historia, con gentes encantadas de compartir sus experiencias y sus recuerdos...Todo un lujo.