Chalet bonito, habitaciones agradables y amplias con equipo sanitario excelente. El cuarto de baño no era pequeño como suele serlo en Francia. El desayuno siempre era excelente y la cena se tomaba en el restaurante al final del pueblo. Entre las comidas café rico, vino caliente de la casa o chocolate caliente, ¡ así da gusto estar ! El chalet lo cuidaba una pareja agradable y sociable que te proporcionaba unas vacaciones inolvidables. ¡ Recomendable !