Junto con mi novio, pasamos un fin de semana en este hotel. ¡Sobre todo, la ubicación y el servicio son de diez! El hotel se encuentra "en la esquina" de la torre Eiffel (y todos las demás atracciones) y al lado del estación de metro Bir Hakeim (por tanto, no hay que cargar el equipaje). En cuanto al servicio: personal muy amigable, hablan muy bien en inglés y son serviciales. ¡Por lo perdido, no tuvimos que pagar! Las habitaciones son nuevas y modernas. Todos los días se limpia todo muy bien y se repone el champú y el gel de ducha. las habitaciones no son amplias pero partiendo del hecho que estás todo el día de paseo, ¡no es ningún problema! En suma, este hotel es verdaderamente recomendable. Yo volvería a ir en una próxima estancia en París.